domingo, 22 de noviembre de 2009

FELIPE GONZÁLEZ HABLA DE EUROPA Y DE LO QUE DEBERÍA HACERSE

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¿Hay un matiz? A mi juicio, sí. Kohl se jugó la cancillería y la perdió porque quería una Alemania europea. Eso es el pasado, no de ahora, también de mis colegas de tribu ideológica, la generación a la que pertenezco. Alemania pugna en la dirección europea, no niego que tenga derecho, por un puesto permanente en el Consejo de Seguridad. Si estuviéramos trabajando por tener una voz única en el Consejo de Seguridad, a lo mejor avanzaríamos un poco más. Cuando se reúnen los bancos centrales no estamos representados por el Banco Central Europeo, está el Banco Central Europeo y todos los bancos centrales de la zona euro. Y así, suma y sigue.

Todo esto se justifica diciendo: "La opinión pública de mi país no aceptaría una solución de esta naturaleza". Lo curioso es que pasa lo contrario. Los ciudadanos europeos, en los estudios cualitativos, dicen: "Lo lógico es que Europa hable con una sola voz, en el G-20, en política exterior, en política monetaria...". Dicen lo contrario. Pero los líderes dicen que los ciudadanos nunca lo aceptarían. Ésta es la paradoja. Como la obsesión franco-alemana sigue, creo que para la Europa a 27, que Alemania y Francia tengan clara la marcha de Europa sigue siendo una condición necesaria, con menos peso relativo, pero cada vez claramente más insuficiente.

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