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Kyoto dijo el día 10 de Noviembre de 2009 a las 12:29:50:
Esta noticia tiene mucha, muchísima enjundia; contiene la síntesis de toda la problemática española moderna.
Hay que decir en primer lugar que el documento del AMEF es contundente y demuestra inequívocamente lo que pretende demostrar. La asignatura para la ciudadanía repele a cualquier intelecto por su maniqueísmo crudo: el empresario es malvado por definición y un depredador de la sociedad, mientras que el político y/o sindicalista un ángel que se desvive por el pueblo y especialmente por los más necesitados.
Primera reflexión: ¿no es curioso que haya tenido que ser una determinada parte de la patronal (la que representa a la empresa familiar) y no toda la que demuestre preocupación por este gravísimo tema? ¿Es que la gran patronal no teme a la estrategia del gobierno socialista? ¿O sabe perfectamente que es socialista entre comillas? Y en el caso de que no crea en la seriedad de su afán socializante de la economía, ¿no le indigna el lavado de cerebro que se inflige a nuestros escolares? Cinísmo llamaríase entonces la figura por su falta de responsabilidad social y por no preservar el prestigio de su noble actividad, ¿no os parece?
(Lo del pluralismo político y la falacia de "implementarlo" obligatoriamente a través de la institucionalización previa de los partidos, como condición "sine qua non" para que merezca credencial democrática, lo dejo para otra ocasión por no dispersarme -aunque esta es la "madre" de toda la problemática, no ya de España sino de Occidente desde finales de la Primera Guerra Mundial-. Y es, además, un debate indisolublemente unido a la reivindicación indispensable de la figura de Franco. Sin complejos, que la vida es demasiado breve y frágil para morir sin el valor de decir lo que verdaderamente pensamos y sentimos por temor al que dirán los idólatras de los partidos.)
Hay que decir en primer lugar que el documento del AMEF es contundente y demuestra inequívocamente lo que pretende demostrar. La asignatura para la ciudadanía repele a cualquier intelecto por su maniqueísmo crudo: el empresario es malvado por definición y un depredador de la sociedad, mientras que el político y/o sindicalista un ángel que se desvive por el pueblo y especialmente por los más necesitados.
Primera reflexión: ¿no es curioso que haya tenido que ser una determinada parte de la patronal (la que representa a la empresa familiar) y no toda la que demuestre preocupación por este gravísimo tema? ¿Es que la gran patronal no teme a la estrategia del gobierno socialista? ¿O sabe perfectamente que es socialista entre comillas? Y en el caso de que no crea en la seriedad de su afán socializante de la economía, ¿no le indigna el lavado de cerebro que se inflige a nuestros escolares? Cinísmo llamaríase entonces la figura por su falta de responsabilidad social y por no preservar el prestigio de su noble actividad, ¿no os parece?
(Lo del pluralismo político y la falacia de "implementarlo" obligatoriamente a través de la institucionalización previa de los partidos, como condición "sine qua non" para que merezca credencial democrática, lo dejo para otra ocasión por no dispersarme -aunque esta es la "madre" de toda la problemática, no ya de España sino de Occidente desde finales de la Primera Guerra Mundial-. Y es, además, un debate indisolublemente unido a la reivindicación indispensable de la figura de Franco. Sin complejos, que la vida es demasiado breve y frágil para morir sin el valor de decir lo que verdaderamente pensamos y sentimos por temor al que dirán los idólatras de los partidos.)
AÑADIDO DOBLE
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