martes, 17 de noviembre de 2009

EL PAÍS: UN LIDER PAR UN PROYECTO

Un líder para un "proyecto de futuro"

La presidencia española de la Unión Europea, en el primer semestre de 2010, será una oportunidad única para situar a España en el "motor integracionista" de Europa. Así lo manifiestan un grupo de expertos en un informe de la Fundación CIDOB y el Círculo de Economía, en el que piden una Europa "fuerte, útil y abierta" y defienden la necesidad de que Europa tenga un presidente fuerte.

Esta nueva figura, que crea el Tratado de Lisboa, debería ser percibida "por los ciudadanos como el líder de un proyecto político de futuro", añade el informe, que recoge una serie de propuestas que los autores consideran prioritarias ante la próxima presidencia española de la Unión.

Para estos expertos, el Gobierno español debe aprovechar el momento para mirar más allá del primer trimestre de 2010: en primer lugar, es necesario "revisar las prioridades de España en Europa, su peso y el papel que desea desempeñar"; en segundo lugar, "contribuir de manera decisiva en el relanzamiento de Europa, iniciando el despliegue del Tratado de Lisboa".

Para los expertos, es urgente proponer un proyecto de revitalización de la integración europea. En este sentido, España podría convertirse en un "motor integracionista" si es capaz de desplegar con éxito el Tratado de Lisboa y sabe ocuparse de temas que afectan a toda la UE y no sólo a los intereses nacionales. Para poner en marcha este motor, el informe propone que se concluya la presidencia con una "gran declaración institucional", comparable a la declaración de Laeken, que en 2001 lanzó el proceso que culminará con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.

El documento propone avanzar en la política común de defensa y que España demuestre una mayor implicación en Europa del Este. El texto también insta a determinar mecanismos comunitarios para que Europa esté preparada y pueda afrontar conflictos como los que se pueden dar en Israel, Irán y Yemen. En este sentido, recomienda que se solucionen los problemas de financiación de las misiones militares y civiles; también pide que se eviten "las vacilaciones en la decisión de despliegue de tropas", y que se coordinen mejor el nivel militar y civil de cada operación internacional.

En el ámbito económico, destacan la salida de la crisis y la aplicación de la directiva de servicios, y también hay un capítulo energético. El texto recomienda que España no adopte una actitud "defensiva" respecto a sus niveles de déficit público. Finalmente, los expertos piden en el documento que, pese a la crisis, no deben recortarse los recursos destinados a política exterior y europea.

EL PAÍS

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