viernes, 27 de noviembre de 2009

¿NO SE PAGAN LOS IMPUESTOS SOBRE ALQUILERES DE PISOS?

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Montsean dijo el día 27 de Noviembre de 2009 a las 00:52:23:
No, amigo Presocra,
y te voy a decir por qué no es así:
en una familia, en una casa "normal"
como supongo será la tuya y la mía,
ajustamos nuestros gastos a nuestros ingresos,
incluso si pedimos un crédito para gastar en un momento más de lo que tenemos,
ahorrando de nuestros ingresos futuros.
Aunque quisiéramos gastar más
(a mí me gustaría hacer todos los años
un viaje alrededor del mundo en buenos hoteles
y volando en clase club)
no podemos hacerlo
porque carecemos de ingresos suficientes.
A lo sumo podemos trabajar más para ingresar más dinero.

El Estado hace lo contrario:
ajusta caprichosamente su nivel de ingresos a los gastos que desea hacer.
Si ve que con los ingresos, nacidos de los impuestos,
no tiene suficiente para sus gastos pevistos,
como tiene el poder, eleva la presión fiscal para ingresar más
(muchas veces, además de avaricioso,
es tan incompetente que no se da cuenta de que
subiendo la presión fiscal
ingresa menos porque hace que aumente el fraude o la opacidad fiscal o,
simplemente,
porque destruye riqueza,
negocios,
empresas,
puestos de trabajo,
con lo que disminuye la capacidad del contribuyente).

Y la presión fiscal la aumenta, bien elevando el porcentaje de lo que detrae de los bolsillos de los ciudadanos o empresas
(por ejemplo,
subiendo el tipo del IVA,
como se dispone a hacer, o el del IRPF),

bien introduciendo conceptos nuevos o hechos imponibles nuevos
(por ejemplo las rentas del alquiler de vivienda,
que no siempre estuvieron gravadas),
bien disminuyendo las deducciones
o las desgravaciones
o las exenciones
(como también se dispone a hacer con las de adquisición de vivienda habitual),
bien tundiéndonos a multas, bien..., etc., etc...

Esa libertad que el Estado tiene para subir la presión fiscal
cuando le da la gana,
lo que hace es que disfrace de necesidades sus caprichos,
malgaste lo que recauda y entre en una espiral de gasto y gasto y gasto,
que lo que consigo arrastra es más impuestos
y más impuestos
y más impuestos para pagar sus caprichos
y sus dispendios innecesarios.

¡Ojalá pudiéramos todos hacer lo mismo!:
¿Que me apetece regalarme unas vacaciones por todo lo alto?
Muy sencillo: le ordeno a mi empresa que me suba el sueldo.
¿Que me apetece tirar al desguace mi Mercedes porque ya tiene 50.000 kilómetros
y lo encuentro gastado y viejo?
Muy sencillo:
le ordeno a mi empresa que me pague más por mi trabajo...

Lo malo es que eso sólo lo puede hacer el Estado porque tiene la fuerza. Nosotros, los humildes ciudadanos no podemos hacerlo:
a pagar y a callar. Y si procuramos esconder NUESTRO dinero para que el Estado no nos lo robe para satisfacer sus absurdos caprichos, nos llaman defraudadores, ellos, los auténticos ladrones: las perdices disparando contra los cazadores.

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